 Esa fue una de las primeras frases que Alberto Prieto, periodista del diario El Mundo, pronunció en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). En una charla organizada por VOZ21, periódico de la Asociación de Prensa Universitaria de la citada Universidad. El periodista trató una gran variedad de temas en un tono, sobre todo, realista y porque no decirlo divertido.
Desde 7º de EGB sabía que quería ser periodista. Alberto Prieto entró en El Mundo por suerte, como él lo afirma. Una historia que interesó al periódico cayó en sus manos y hoy lleva seis años trabajando para Pedro J. Ramírez..
Alrededor de un centenar de personas se aglutinaron puntualmente en el Aula Magna del Campus de Fuenlabrada, Alberto hacía más de veinte minutos que había llegado. Los asistentes, prácticamente en su totalidad: alumnos, escucharon atentos al periodista y rieron con el las numerosas pinceladas de humor que incluyó en su interesante discurso.
En una inusual conferencia en la que no faltaron alusiones a los atentados del 11-M, la Guerra de Irak o al director de informativos de TVE, Urdaci. Una de las primeras carcajadas del auditorio emergió cuando Alberto puso como ejemplo a Maria Teresa Campos como periodista que no es periodista, es decir, que no ha estudiado la carrera de periodismo.
Ese tema acaparó toda la primera parte de la exposición, Prieto explicó ampliamente su punto de vista sobre si es necesario estudiar la carrera de Periodismo para ser periodista. Pudimos llegar a la conclusión de que “basta con saber contar las cosas, tener muchas ganas y ejercerlo”.
La charla continuó con su relación con la profesión y muchos ánimos para los asistentes, haciendo especial hincapié en que han de luchar por lo que verdaderamente quieren e insistir mucho, muchísimo. Al finalizar, Prieto accedió a responder todas las preguntas que le hicieron sin excepción.
En esa ronda de preguntas fue donde salieron a la luz temas como el de los atentados o el debate abierto sobre la información que se nos dio ese fatídico día por parte del gobierno y también contó cómo vivió el esas horas.
Resultó muy interesante escuchar todas las ideas de Prieto porque no es habitual encontrar charlas de este tipo con un tono tan realista, sincero y divertido. Los espectadores, que al final se convirtieron en parte activa del discurso, no escatimaron en aplausos para el agradecido periodista que se marchó satisfecho por la labor realizada.
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