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 Se acerca la época del Monzón, la época donde la India se empapa de agua y majestuosidad. La familia Verma, una familia atípica y moderna está preparando la boda de una de sus hijas.
Sin duda alguna, faltarían palabras para describir la grandiosidad de esta película. La riqueza de los colores, la belleza de sus gentes, lo tradicional y lo innovador de la India, son los ingredientes que ha utilizado su directora, Mira Nair, para crear una película deliciosa.
Mira Nair sabe retratar la sociedad de Delhi donde se mezcla la inocencia, el sexo, una nueva forma de entender y vivir la vida, bajo el marco incomparable de la tradicional India. Mediante un estilo intimista, Mira Nair, nos enseña a querer a cada uno de los personajes, a sentir lo que ellos sienten. Cada personaje es diferente y sabe mostrarnos su fuerza no sólo con su interpretación o su actitud, sino con un guión sincero y descarado.
Podemos encontrar personajes tan dispares como Ria, la prima de la novia que continua aún soltera, algo más visto en la sociedad India. Interpretaciones conmovedoras son las de Tilotama Shobe (Alice) y Vijai Raaz (Dubey). Ambos viven una historia de amor secundaria, que en mi opinión, es muchísimo más hermosa que la de la protagonista. Es mucho más intenso el amor cuando se siente de verdad, cuando se vive pese a las dificultades. El amor entre la criada de la casa y el encargado de preparar la boda. Sin embargo, el amor de la protagonista es diezmado cuando se la obliga a casarse con alguien a quien ni siquiera conoce. La directora punjabí, retrata esta cultura concreta de la India donde las mujeres y los hombres son fuertes, directos, llenos de vida.
La boda, es tan solo un “pretexto”, para mostrarnos los temores de los personajes y sobre todo los de la protagonista. La boda es la auténtica reveladora de los secretos más oscuros de la familia, desde abusos a amores ocultos. La lluvia adquiere su gran protagonismo al final de la película como símbolo de liberación de los personajes. Si todo era hermoso, la lluvia lo acentúa ahora más. Es en este momento cuando el romance se vive y se respira a pleno pulmón.
La música y el baile se intuyen desde el comienzo de los créditos, llenos de colorido y música. Si la historia te cala de lleno, la música y el baile te hacen sumergirte en la película, convirtiéndola en un bello cuento de magia. Gracias a su música tradicional, pero al mismo tiempo innovadora, Mira Nair, nos enseña de qué pasta están hechos los punjabí, una cultura mucho más innovadora de lo que nunca imaginaríamos. Mira Nair nos va mostrando la India planos insertados entre las diferentes historias de la película, ya que el guión de la película se desarrolla casi por completo en la casa de los Verma. Todo lo innovador de la India toma forma con una pegadiza canción pop indio que se baila un día antes de la boda.
 La película está rodada íntegramente en Nueva Delhi en el verano de 2000. La fotografía está llena del color que caracteriza a la India. Declan Quinn, encargado de la fotografía en Leaving las Vegas, filmó en 16 mm y con cámara de mano. Gracias a esto, las interpretaciones son aún más realistas. Según dice Mira Nair, “La boda del monzón, es una película de Bollywood rodada a mi manera”. Bollywood es sin duda un gran imperio del cine, que nos regala joyas tan grandes como “La boda del Monzón”.
Dirección: Mira Nair.
País: India.
Año: 2001.
Duración: 119 min.
Interpretación: Naseeruddin Shah (Lalit Verma), Lillete Dubey (Pimmi Verma), Shefali Shetty (Ria Verma), Vijay Raaz (P.K. Dubey), Tilotama Shome (Alice), Vasundhara Das (Aditi Verma), Parvin Dabas (Hemant Rai), Kulbhuskan Kharbanda (C.L. Chadha), Kamini Khanna (Shashi Chadha), Rajat Kapoor (Tej Puri).
Guión: Sabrina Dhawan.
Producción: Mira Nair y Caroline Baron.
Música: Mychael Danna.
Fotografía: Declan Quinn.
Montaje: Allyson C. Johnson.
Diseño de producción: Stephanie Carroll.
Dirección artística: Sunil Chabra.
Vestuario: Arjun Bhasin.
Estreno en España: 30 Agosto 2002.
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