Controvertido, extravagante, original, actor,
multidisciplinar, amante, loco, onírico, artista, genial
Un símbolo, el promotor
del surrealismo pictórico en España, el hombre de los bigotes afilados, un incomprendido
de su tiempo
Así era Salvador Dalí y el 2004 su año.
"Seré un genio, y el mundo me admirará. Quizá seré despreciado e
incomprendido, pero seré un genio, un gran genio, porque estoy seguro de ello". Esto
decía Dalí a sus quince años de edad y no le faltaba razón. Nacido en Figueres nunca
dará la espalda a su tierra, a la que volverá una y otra vez en sus cuadros. En su
infancia fue un niño malcriado y sobreprotegido, que exhibía ya su extravagancia con sus
fobias y manías; apocado y retraído disimulaba su timidez con insolencia y atrevimientos
y organizando bullicios académicos. Desde su ciudad natal, se mantenía al tanto de las
diferentes vanguardias artísticas, recorriendo la etapa puntillista, fauvista,
futurista... era la época de la revolución rusa, a la que el jovencísimo artista se
soldaba con pleno convicción.
Enviado por su padre a Madrid para estudiar, fue donde forjo una amistad
para toda la vida con otros dos genios del siglo XX, Luis Buñuel y Federico García
Lorca. Febril lector de Freud, la mayor contribución intelectual de Dalí, fue su método
paranoico crítico, que definió como "método espontáneo de conocimiento
irracional, basado en la objetivación crítica y sistemática de las asociaciones e
interpretaciones delirantes", en su ensayo "La mujer visible", de 1930. Su
método consiste también en dotar de significancia cualquier casualidad o experiencia que
se decida de forma arbitraria. Y el artista insistía en aplicar este sistema además de
al arte, a la vida. Por lo que las Vírgenes de sus telas tendrán siempre el rostro de
Gala, su amada y por lo que plasma el cabo de Creus, como el paraje más hermosos del
mundo, donde habitan sus fantasmas.
Con 25 años, respaldado por Joan Miró, asentó su residencia en el bullicio del París
de entreguerras, y con su figura de dandi, paseaba sus extravagancias con satisfacción
incorporándose al escandaloso movimiento surrealista que gritaba el protagonismo del
onirismo y los relatos subconscientes, en la actividad artística.
Arrebato, furor, ingeniosas ideas y escritos, insólitas ocurrencias, relaciones absurdas
y originales, objetos inventados, son las principales aportaciones de Dalí al
surrealismo, además de pinturas como El asno podrido, Vaca espectral, El juego lúgubre,
El gran masturbador, Los primeros días de la primavera o la vejez de Guillermo Tell,
cargado de transparentes desvelos de sus temores y cadenas.
Pero sus cada vez más osados y provocadores disparates, su obcecación escatológica,
la ambigua defensa que realizaba de Hitler y su canto elogiador de la crueldad, además de
su desatinada reivindicación del arte académico, comprometía demasiado al grupo que no
logró moderar a Dalí, por lo que decidió su solemne expulsión en 1934.
Esta ruptura no sería más dolorosa que la que afrontó con su padre, cuando acababa de
unir su vida a su amada Gala, que estuvo durante años enfadado con el artista, al
enterarse a través de la prensa, de la ofensa a su fallecida esposa, por la exposición
de una pintura de Dalí, en la que sobre la silueta del Corazón de Jesús, escribía:
"A veces, para divertirme, escupo sobre el retrato de mi madre".
Una de sus obras maestras pintada en 1925 es "Figura asomada a la ventana",
donde desvela su adoración por el paisaje Cadaqués y el amor por su hermana Ana María,
musa de algunas de sus más geniales telas. "La Madonna de Port Lligat" es una
versión de la Inmaculada Concepción pintada por el artista en 1929, para la que Gala
posó como modelo del rostro.
Su obra más famosa es "La persistencia de la memoria" pintada en 1931 tras
sufrir una migraña, donde aparecen por vez primera los relojes blandos que contribuyeron
a su fortuna en Estados Unidos. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el pintor,
decidió vivir definitivamente en Nueva York, donde protagonizó sus escándalos
habituales y conquistó exitosas exhibiciones desde 1940 a 1948.
Durante su estancia en Estados Unidos, en 1942, pinta para divertirse "Proyecto de
interpretación para establo-biblioteca". Con ambiciones económicas, Dalí pintaba
en ocasiones a personajes millonarios junto con elementos surrealistas para sus clientes
adinerados.
A partir de aquella época continuaría su camino artístico en solitario, junto a su
mujer, diez años menor que él y de costumbres liberales, entregada a propiciar el
tiempo, el lugar y la paz que necesitaba su marido para trabajar. Hada de sus complejos,
sacó provecho económico de la estrafalaria imagen de Dalí, convirtiéndole en un
personaje de espectáculo público, de controvertidas e perspicaces manifestaciones, bajo
la atenta mirada de los medios de comunicación de masas y el desdoro de las clases altas.
A las críticas de Bretón, figura clave del movimiento surrealista, contestaría con la
sentencia "Que hablen de mí, aunque sea bien", y el cuadro "La apoteosis
del dólar".
Dalí, un incomprendido por muchos, nos ha dejado un legado importantísimo, y que
ocasión mejor que su año para conocerlo que en su año. Puedes visitar su pagina Web
http://www.salvador-dali.org/ o informarte de todos los eventos del año Dalí en
http://www.dali2004.org/lang.html
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