
Dicen que el stressprovoca calvicie y como estudiante periodismo, he sufrido un tenso agobio durante las
ultimas semanas. Desde luego que no por los exámenes ,que poco o nada me tensan, sino por
el dramático teatro que se ha venido montando. ¿El
titulo? La guerra por la libertad y paz mundial ¿Los protagonistas? Un cómico trío con ansias
de poder. Este sin duda era el mayor miedo que me venia corroyendo.
Cómo un grupo de poderosos mediante la manipulación de la información puede hacer creer
un cuento para no dormir a todo un planeta. ¿A
todo? Como estudiante de la comunicación creía poseer un conocimiento y una
preparación superior que me daba el privilegiado de intuir la verdadera moraleja de la
obra.
La comunicación de masas
es un fenómeno en auge y de reciente desarrollo. Gracias a ello se hace posible la
globalización, sendero de dos caminos. Conocemos y nos hacemos conocer mundialmente, ¿pero de qué manera? Debido a la incipiente
tecnología capaz de crear realidades inexistentes, no es de extrañar que haya mucha
gente engañada por la increíble fuerza persuasiva de una de las armas más peligrosas de
la historia mundial. Hablan de Irak y su armamento de destrucción masiva, quizá sea
drástico, pero hay un arma de destrucción masiva que está mal cargada y la cual nos
colocamos ¿voluntariamente? en la sien.
Mi mayor temor,
era precisamente este, el pensar que una sociedad, a la que me refiero de forma global,
está tan narcotizada que había perdido la
capacidad de ejercer su obligación de
crítica sobre los sistemas socio-económicos, la cultura, los gobiernos... Acaso la O.P.
(Opinión Pública ) ha sido reemplazada por O.T. (Operación Triunfo). ¿Acaso el pueblo
es soberano para decidir si Beth va a eurovisión pero nada tiene que decir
sobre las acciones militares en las cumbres de la O.N.U. diciendo no a
Bush?
La respuesta es un
rotundo no, no a la guerra, y las dimensiones de estas palabras abarcaron más de 70
países el pasado sábado 15 de febrero. La primera manifestación mundial, que gracias a
la globalización aunó a miles de pueblos bajo un mismo mensaje. Sin duda esto aliento mi
espíritu pacifista y reforzó mis sospechas de que por mucho periodismo que se estudie,
jamás se puede engañar a la buena gente acerca de la muerte y la guerra. Desde luego no
seré yo quien argumente las razones por las que ir o no a la guerra, pero si querría
responder a una serie de preguntas que he ido dejando abiertas, y digo responder no hacer creer a nadie.
El titulo de esta
guerra a mi parecer tiene poco debate, poco pero tiene, no como venía sucediendo hasta el
pasado dia 18 en el congreso de los diputados . El llamamiento a esta guerra nace de una
contradicción tan exagerada que pita en los oídos. Tanto que apenas se han llegado a
creer tres de los 191 presidentes de los países integrantes de la Organización de las
Naciones Unidas.Es curioso pero el autor de un mal guión es el único que lo defiende
ante el público. Pero estos no son los únicos protagonistas de esta obra pues así como
el público hace posible el teatro el pueblo hace posible un gobierno. Y la gran parte de
este planeta ya dio su respuesta en manifestaciones que dieron la vuelta al mundo. Claro
ejemplo de un buen y positivo uso de la comunicación masiva. De esta forma, ejerciendo su
propia voluntad, la gente cumplió con su obligación cívica de tratar de hacer de este
planeta un mundo mejor, y salió a la calle para manifestar su opinión. Cambiando las
narcóticas ondas herzianas de las televisiones por sinceros gritos y coros de NO A LA
GUERRA. |